Los Hermanos Debas. 4. Fernando Debas y Dujat

Los Hermanos Debas en el Madrid de fin de siglo.    2. Un estudio para dos   3. Pedro Edgardo Debas   4. Fernando Debas   5. Conclusiones y bibliografía

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Fernando Debas. Retrato de Alfonso XII. Madrid, ca. 1877. Cabinet en albúmina.

De la indudable pujanza profesional de Fernando Debas da fe, por ejemplo el hecho de que nada más separarse de su hermano Edgardo, en julio de 1874, Fernando firmara, en agosto, un acuerdo con los propietarios de la patente del procedimiento llamado “Lambertipia” ideado por Claude Leon Lambert, de París, que permitía hacer reproducciones retocadas de retratos anteriores, una exclusiva de uso en Madrid por quince años, lo que anuncia en la prensa de la siguiente forma:(21)

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Anuncio de Fernando Debas aparecido el 1/2/1875 en La Correspondencia de España.

Uno de los primeros trabajos de los que tenemos constancia que Fernando realizó ya en solitario
son las orlas universitarias, conocemos al menos la de los alumnos de la Facultad de Medicina de Madrid para el curso 1873/74, en uno de los primeros ejemplos de este tipo de fotografías que hemos visto en España. La confección de este tipo de trabajos con fotografías individuales, conllevaba una cierta especialización que también incorporó Edgardo en su oferta. En realidad en estos primeros tiempos hacía trabajos muy variados, por ejemplo reproducir planos, como los que hizo de los realizados por el arquitecto J. Marín Baldo para el proyecto de un monumento a
Colón.(22)

Su nuevo establecimiento va ganando prestigio, pero es en 1875 cuando se produce el lanzamiento definitivo del estudio de Fernando, al que continúa denominando “Fotografía Parisiense”. Efectivamente en marzo de ese año Alfonso XII en persona, recién proclamado rey, y acompañado del Duque de Sesto(23), su secretario y mentor, se desplaza al estudio de Fernando Debas para hacerse un retrato en traje de capitán general. Al decir de la prensa de la época la
visita se produce a petición del fotógrafo. Sea como fuere como resultado de este evento, Fernando Debas es nombrado fotógrafo de cámara del rey. Sin embargo la mayor parte de las crónicas periodísticas de este suceso, que fue ampliamente difundido, se refieren al fotógrafo como “Sr. Debas”, lo que lleva a Fernando a solicitar una rectificación por la importancia que tiene para su estudio este nombramiento que no ostentaba el gabinete de su hermano Edgardo. Así lo vemos en este ejemplo:

“La fotografía que honró ayer S. M. el rey es la de D. Fernando Debas (Príncipe, 22), el cual ha sido nombrado fotógrafo de cámara. Hacemos esta aclaración, por existir dos artistas de igual apellido.”(24)

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Fernando Debas. Retrato de una joven con la espalda desnuda. Madrid, ca. 1875. Cabinet en albúmina.

Un título que Fernando explotaría en su publicidad, por un lado en los anuncios de prensa, el primero de los cuales se produce el día 24 de marzo:

“DON FERNANDO DEBAS, PRIMER FOTOGRAFO DE CAMARA DE S. M. EL REY, CALLE DEL PRÍNCIPE, N1 22 MADRID. En este acreditado establecimiento se hallan a la venta los verdaderos retratos del monarca, hechos según el nuevo e inmejorable sistema de la
LAMBERTIPIA. Las corporaciones o personas que deseen adquirir uno o varios de estos retratos, tendrán en cuenta que existen de seis distintos clichés y tamaño, desde el de tarjeta americana
hasta el natural, y que la espedición de pedidos se hara con la mayor eficacia, tanto para Madrid, como para provincias y Ultramar. También se tiene adoptado el anagrama especial del establecimiento para garantía de legitimidad(25)

Y por otro lado en los dorsos de sus cartulinas, modificando las frases en función de los sucesivos casamientos o nacimientos de los hijos del Rey:

“Primer fotógrafo de Cámara de S. M. Alfonso XII Príncipe 22 Madrid”
«Primer fotógrafo de Cámara de S. M. Alfonso XII y de S.A.R. la Princesa de Asturias»
«Primer fotógrafo de SS. MM. Y SS. AA. RR. la princesa de Asturias e Infanta, Madrid».

Al contrario que su hermano Edgardo, Fernando no participó en las exposiciones de fotografía que buscaban la acreditación del artista, en realidad no lo necesitó nunca ya que el apoyo de la casa real sustituía ampliamente los premios que hubiera podido obtener y siempre cabía la posibilidad de ser superado por su hermano, cuyos numerosos premios, como hemos visto, se reflejaban en el dorso de sus cartulinas.

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Fernando Debas. Retrato de Alfonso XII de perfil. Madrid, Ca. 1880. Cabinet en albúmina.

La producción de retratos reales conllevaba múltiples beneficios para los fotógrafos y no sólo prestigio, ya que eran muchas las copias que se realizaban con destino a las instituciones del país o como regalo de la casa real, así lo atestigua una noticia insertada en la prensa:

“S. M. el rey regaló ayer a muchas de las personas que concurrieron a la ceremonia de palacio varias fotografías perfectamente hechas por el artista Sr. Debas, con la siguiente dedicatoria: Recuerdo, Alfonso de Borbón, escrito de su puño y letra.”(26)

Fernando Debas fue, junto con Laurent, de los primeros fotógrafos en España en registrar los derechos de propiedad de sus fotografías, en especial de los retratos de la familia real en los que muchas veces se indicaba “Es propiedad”, al ser el suministrador oficial de retratos.

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Fernando Debas. Retrato de un perro. Madrid, ca. 1875. Carte de visite en albúmina

Por supuesto que este tipo de títulos no eran exclusivos y otros fotógrafos de renombre, como Laurent, también fueron fotógrafos reales, pero quizás los iniciales titubeos de éste apoyando otras opciones a la sucesión de la corona española tras la caída de Isabel II, fueron determinantes para la pérdida de su situación preferente ante la casa real. Sabido es el apoyo que Laurent prestó a la candidatura de D. Fernando de Portugal, como lo atestigua por ejemplo esta noticia:
“En casa del fotógrafo Sr. Laurent llama mucho la atención un retrato de D. Fernando de Portugal. Esta fotografía le representa de busto, tamaño natural, y revela en el candidato al trono español un carácter inteligente y digno”(27).

Y también el viaje realizado por el fotógrafo a Portugal en 1869, durante el cual retrató a la familia real portuguesa(28). Esta apuesta fallida acabó con las opciones de Laurent y convirtió a Fernando Debas en el fotógrafo más demandado por toda la familia real española, cuyos miembros acudían a menudo a su estudio o solicitaban sus servicios en Palacio, cuando no, incluso el fotógrafo les acompañaba en algunos de sus desplazamientos, como por ejemplo a la Granja de San Ildefonso.
Esta estrecha relación con la monarquía, además de una gran profesionalidad en la ejecución de sus trabajos, especialmente en el retrato, acreditó muy favorablemente a nuestro fotógrafo lo que le hizo ganar una selecta clientela entre la nobleza y la clase alta de la corte. Desde entonces y durante la década siguiente será no solo el fotógrafo más influyente de Madrid, haciéndose eco la prensa de numerosas anécdotas del fotógrafo relacionadas con la familia real y la nobleza, sino también un personaje popular y conocido en la ciudad, del que a veces conocemos incluso detalles de su propia vida privada. Así sabemos por ejemplo que en 1875 perdió un perro de Terranova con un collar con las iniciales F.D., por el que ofrecía una gratificación, sabemos también cuándo solicitaba un operador para su estudio, o cuándo la Sra. Debas colaboraba con la cuestación a favor de la Inclusa y Colegio de la Paz en 1882. Las noticias en prensa son tan numerosas que resulta imposible citarlas todas.

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Fernando Debas. Retrato de un caballero. Madrid, ca. 1885. Cabinet en albúmina.

De su éxito dan cuenta en estos años las notas laudatorias que aparecen en la prensa

“Está llamando la atención del público y con justicia la magnífica esposición que acaba de hacer el fotógrafo de S.M. Y A.R., D. Fernando Debas, …revelan los últimos adelantos del maravilloso arte fotográfico, y que su acreditado establecimiento puede competir con los primeros del extranjero. Los retratos de niños y señoras, tan difíciles de obtener, son de una perfecta ejecución como fotografía, colocación, espresión de fisonomía …”
Cuando en la primavera de 1877 se celebra en Madrid la Exposición Nacional Vinícola, los fotógrafos Jean Laurent, Fernando Debas y Alfredo Esperon, franceses los tres, abordan el proyecto de realizar un gran álbum fotográfico del evento, del cual resulta un trabajo fallido en cierto modo, ya que a pesar de contener más de cien albúminas originales pegadas en cada ejemplar, la mayoría de las imágenes reproducen dibujos realizados a mano de cada instalación expositora. Sobre este trabajo hemos elaborado un artículo al que remitimos al lector interesado(29).
Pero lo que aquí nos interesa resaltar es que esta publicación, en cuyos créditos figura destacado el nombre de Fernando Debas, ejemplifica muy bien cómo nuestro personaje pasa a ocupar un papel primordial entre los fotógrafos de la capital de forma muy temprana, gracias a su trabajo desde luego, pero también a su señalamiento por el monarca.

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Portada del Álbum fotográfico de … la Exposición Nacional Vinícola. 1877. Museo de las Bodegas Toro-Albalá de Aguilar de la Frontera (Córdoba)

Una anécdota relatada en 1904 por un periodista nos ilustra acerca de la gran cercanía que llegó
a tener Fernando con la monarquía desde fecha muy temprana. El momento relatado, aunque con
algunos errores cronológicos, se refiere a los días previos a las bodas reales de D. Alfonso XII con
doña Mercedes de Orleans celebrado el día 23 de enero de 1878:

“Matando los ocios de agüista, paseaba una tarde, al anochecer, con el Sr. Debas, y le oí lo siguiente: Con motivo del matrimonio de D. Alfonso XII con doña Mercedes de Orleáns, destacó á Madrid el diario La República Francesa a uno de sus más distinguidos redactores, M. Foret, cuyo padre había sido largos años prefecto. Nos conocimos muchachos en Angulema, y de la intimidad pasamos a una incomunicación de más de veinte años, Foret se fué a París y yo marché a Madrid a hacer mis primeras armas de fotógrafo. Cuando el enlace regio á que aludo Foret se orientó para encontrarme por mi galería fotográfica, largos años establecida en la Calla del Arenal. Nos reconocimos, nos abrazamos, y ayudándole con facilidades en su misión de cronista del enlace regio, le llevé a Palacio, presentándole al duque de Sexto, quien nos recibió con afectuosa benevolencia, por cierto que sonriente dijo este humorismo: Tengo mucho gusto en complacer a
usted, aunque ciertamente no sea la mejor recomendación para Palacio la de ser redactor de «La República Francesa». En esta conversación apareció Don Alfonso XII en el despacho del duque, y enterado de lo que deseaba el distinguido periodista extranjero, le dijo: Yo mismo le acompañaré a ver lo que usted quiere, y uniendo la acción a la palabra, lo cogió familiar y cariñosamente del brazo, y los tres subimos al piso principal de Palacio. Recorrimos las habitaciones más importantes, y al llegar al gran comedor, el Rey se ufanó, diciendo: Esto es obra mía. Fue el Monarca tan afable y sencillo con el periodista francés, que le encantó. Para que viera ropas, encajes y joyas, dio orden a funcionarios palatinos, y M, Foret se maravilló de tanta fortuna y tanta amabilidad, y loco de contento exclamaba en la calle, entusiasmado con el Monarca: O Don Alfonso XlI es republicano ó yo soy realista. M. Foret publicó en La República Francesa descripciones y crónicas verdaderamente admirables.”(30)

Animado por el excelente nivel que sus relaciones con la monarquía y la nobleza habían alcanzado, en junio de 1878 realiza un intento de extender su marca a la ciudad de Sevilla, que al  fin y al cabo, y tras la restauración de la figura del Duque de Montpensier, era la segunda ciudad española más aristocrática. En 1876 había muerto Godínez, toda una institución en aquella plaza y su estudio quedó primero en manos de su viuda y más tarde al frente del fotógrafo de origen malagueño Joaquín Sánchez (Yáñez Polo: 1997, 160). Fue probablemente con éste con quien Fernando llegó a un acuerdo para establecer lo que hoy llamaríamos una “franquicia” de su establecimiento, y así se anunció en la prensa sevillana entre junio de 1878 y marzo de 1879:

“FERNANDO DEBAS
PRIMER FOTÓGRAFO DE LA REAL CASA
22 Príncipe 22 MADRID
y 9 Unión 9, antigua Cadenas, SEVILLA
Retratos de todas clases de fotografías y pintura hasta tamaño natural. Reproducciones ampliadas o reducidas de Daguerrotipos, pinturas, dibujos, etc. etc. Este establecimiento de primer orden ha sido honrado con la presencia de S. M. el Rey D. Alfonso XII y rivaliza ventajosamente con las casas mejores del extranjero, tanto por la perfección de sus trabajos, como por lo confortable y buen gusto de su organización artística – Privilegio exclusivo para ampliación por el inmejorable sistema lambertype obteniendo trabajos tan esmerados como si fueran directos
Precios de los retratos Por 12 retratos álbumes o americanos 100 rs. – Por 12 targetas pequeñas 60 rs. Por 6 “ “ “ 80 rs. – Por 6 “ “ 40 rs.”(31)

Pero este acuerdo duró apenas unos meses y cuando Joaquín Sánchez deja el proyecto, Fernando abandona su aventura sevillana. En Valladolid realizaría también un intento parecido ese mismo año, 1878.(32)

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Retrato de Fernando Debas en la portada de libro: “La Fotografía en las Colecciones Reales”. Patrimonio Nacional. Fundación Caixa. Madrid, 1999

En Madrid sin embargo las cosas no podían irle mejor y Fernando se anima a ampliar sus instalaciones en una nueva ubicación, y así el domingo 22 de junio de 1884 inaugura por todo lo alto, con prensa, amigos e invitados, un nuevo y lujoso estudio, dotado con uno de los primeros ascensores de la ciudad, en Alcalá 31, adonde traslada su actividad. El estudio ocupaba todo el edificio, que fue remodelado por el arquitecto Severiano Sainz bajo la dirección artística del pintor Ramón Padró, quien pintó también el techo del portal de entrada y de otras habitaciones. Para la inauguración Fernando preparó una exposición de retratos de todas clases y estilos incluyendo uno a tamaño natural del presidente de la República de El Salvador, Dr. Zaldívar, y otro de la infanta Eulalia pintado al óleo por Emilio Morera, que fue pintor y fotógrafo. El “lunch” para los asistentes fue servido por el restaurante Lhardy, ya entonces uno de los más reputados de la ciudad.(33) También llegaría a tener otros estudios o galerías en las calles Caballero de Gracia 34 y Arenal 22.

A la muerte de Alfonso XII, en 1885, su influencia continuó con la Reina Regente María Cristina, el
heredero Alfonso XIII y las Infantas. (González: 1999, 19). Hoy se conservan numerosas copias fotográficas, especialmente en la Biblioteca Nacional y en el Palacio Real, con toda clase de escenas y retratos de todos los personajes de la nutrida familia real española de aquellos momentos, algunos de ellos muy bellos y bien conseguidos, como por ejemplo el retrato de la infanta Eulalia de Borbón, la hija menor de Isabel II, realizado en 1880 y que sirvió de portada para la publicación La Fotografía en las Colecciones Reales (González: 1999). De alguna forma Fernando intentó monopolizar la fotografía que se realizaba en el entorno de la Casa Real, llegando a acuerdos de uso conjunto con los verdaderos autores de la fotografía, como en el caso de la escena de la familia real durante una cacería tomada por Esperon, y que sin embargo se
puede encontrar también firmada por Fernando Debas.(34)

Tenemos también el caso del retrato de la reina Isabel II, ya de su etapa del exilio parisino, en una fotografía realizada por Franz Hanfstaengel, de Munich, e iluminada en el estudio de Fernando (Utrera: 2013, 241-242). Aunque no podemos atribuir a nuestro fotógrafo totalmente la responsabilidad de estas “colaboraciones” que muy posiblemente estuviesen propiciadas por la casa real dada la relación tan directa que
mantenían con el fotógrafo. Era evidente también para la monarquía que la fotografía, en este caso la de Fernando, se convertía en un instrumento más al servicio de su buena imagen entre sus súbditos. En este sentido es interesante el ejemplo que nos desvela Reyes Utrera al descubrir todo un fotomontaje de Debas en el que incluye en la misma escena a la reina destronada Isabel II y a la reina regente María Cristina de Habsburgo en una amistosa actitud, poco usual en los retratos reales, para disipar dudas en cuanto a su relación con motivo de un incidente coyuntural (Utrera: 2013, 248-252).

Fernando Debas representa como ningún otro al fotógrafo de éxito del momento, el de los grandes estudios cuyos propietarios alcanzaron una gran prosperidad pero cuyos parámetros estaban llamados a desaparecer con el cambio de siglo. Su actividad era tal que durante un amplio periodo aparecen en la prensa sus anuncios en demanda de operadores, retocadores y positivadores. Sus retratos son únicos a la hora de estudiar la moda de este final de siglo, los caballeros y, sobre todo las damas que desfilaban por su estudio lucían las últimas novedades de la moda de París, vestidos muy entallados y amplias faldas cargadas de adornos, plisados y volantes sobre el polisón. Toda la alta sociedad madrileña pasaba por su estudio, para un retrato formal o para, por ejemplo, dejar constancia del disfraz lucido en uno de los bailes de los duques de Fernán Núñez, un hecho que se relata en fechas de carnaval en años sucesivos. El Imparcial dejaba constancia en 1884(35) que Debas no daba abasto a reproducir imágenes del famoso baile de los Duques de Fernán Núñez. En La Época(36), se elogia el álbum formado, de nuevo para los Duques de Fernán-Núñez, con los retratos de los invitados disfrazados, en el que ha intervenido también el pintor gaditano Enrique Rumoroso y del cual se han hecho dos copias una para la Reina y otra para los Duques. Este anuncio ratifica la colaboración de este pintor con el estudio de Debas.(37)
Su presencia en los eventos festivos madrileños nos la confirman también las fotografías que tomó en su estudio de los indígenas que viajaron a Madrid con motivo de la Exposición de Filipinas celebrada en 1887, unas tomas que se conservan en el Museo Nacional de Antropología y en las que Fernando Debas puso especial cuidado, diseñando decorados especialmente concebidos para estas fotografías(38). Unos decorados en los que también se incluían otros elementos, como imitación de rocas o vallados, que quedaban integrados en el paisaje y que el fotógrafo reutilizó en otro tipo de fotografías como hemos podido comprobar en uno de sus retratos de la Infanta María Paz de Borbón.

Otra de sus facetas como fotógrafo es la colaboración con las revistas ilustradas de la época, por ejemplo con la revista Nuevo Mundo, desde su fundación en 1894, la revista La Moderna, La Fotografía: revista mensual ilustrada y no solo madrileñas, también hemos encontrado su firma en ilustraciones de publicaciones catalanas.(39)

Una noticia curiosa que relata toda la prensa madrileña del 3 abril de 1889 (El Imparcial, La Iberia, El Liberal…) se refiere a su colaboración con la justicia en relación con el famoso “Crimen de la calle Fuencarral”, indicando que el fotógrafo Fernando Debas y dos ayudantes se personan en la cárcel junto al abogado defensor para hacer una fotografía al acusado José Vázquez Varela. Unas fotografías de frente y perfil, que revelan el temprano uso de esta técnica con fines policiales, y que se conservan en la Biblioteca Nacional de España (150 años: 1989, 308).

En la noche de Reyes de 1898 Fernando inicia un nuevo proyecto con una empresa cinematográfíca(40). Efectivamente la prensa del día siguiente da cuenta de cómo los

“Sres. Debas y Compañía” realizaron una sesión durante la cual se proyectaron una serie de “cuadros” cinematográficos que a veces llaman también “proyecciones luminosas”, o “fotografía animada”(41),

con escenas del nacimiento, vida, muerte y resurrección de Cristo. Es curioso que en alguno de los anuncios se advierte al público que deben permanecer: “sentados en sus localidades, pues como las proyecciones parten del fondo de la sala, al levantarse aquéllos, interceptan los rayos luminosos, produciendo sombras en los cuadros”.

La sesión tuvo lugar en los bajos del conocidísimo entonces “Veloz Club”, una sociedad de recreo de la alta aristocracia madrileña, situado en el número 15 de la calle de Alcalá, justo donde más tarde se construiría el nuevo edificio del Casino de Madrid, y que tuvo como presidentes a ilustres personajes como por ejemplo el Marqués de Alcañices (Duque de Sesto), preceptor del rey(42). Un elitista club de jóvenes aficionados a la reciente moda de los velocípedos, de los que Fernando Debas nos dejó algunas hermosas estampas. (43)

Muchos de sus retratos sirvieron de modelo para los grabados publicados en la prensa ilustrada, uno de los más conocidos es el de Antonio Cánovas del Castillo. Todavía en el año 1900 La Ilustración nos ofrece la noticia, acompañada de reproducciones fotomecánicas de fotografías de Fernando, de un baile de minué estilo Luis XV en casa de los señores Debas,

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«Baile en casa de los Srs. Debas». Grabado publicado por La Ilustración Española y Americana el 15/3/1900

… por cierto en el que participaron varias parejas de solteros y entre ellas estaba la señorita Fernanda Debas.”(44)
Sobre este personaje albergamos serias dudas pues no hemos encontrado hijas ni hijos en los documentos manejados de ninguno de los dos hermanos, ni tampoco aparecen hijos entre los familiares en las respectivas esquelas mortuorias de los fotógrafos. Puede que se tratara de
alguna sobrina política, que sí aparece en la esquela de Fernando, a la que los periodistas habrían añadido el más conocido apellido de Debas.

Fernando, que ganó una fortuna con la fotografía, debió ser también un hombre previsor que preparó una alternativa a su

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Anuncio de las aguas de Sousas y Caldeliñas, de Verín. Publicado en la Guía Colombina de 1892. (46)

jubilación, ya que las noticias le presentan como propietario del balneario de Caldeliñas y el manantial de Sousas, en Verín, que adquirió hacia 1887-1888. En 1889 una disposición legal obligaba al propietario a suministrar agua del manantial de forma gratuita a los vecinos del pueblo, pero Fernando la recurre para matizar la norma y gana el pleito en 1896.(45) En el balneario realizó grandes inversiones para transformarlo en una gran instalación al estilo de las mejores de la época, al tiempo que explotó comercialmente el agua embotellada del manantial de Sousas. (En 2017 Juan Antonio Fernández Rivero dió una conferencia en la Biblioteca de Verín sobre el personaje y su relación con el Balneario)

Conferencia en Verín, parte 2, parte 3.

Cuando en enero de 1902 abandona la actividad de fotógrafo profesional, sin hijos que sepamos, su estudio de Alcalá pasa al fotógrafo Julián Castellanos Casado y Debas se centra en la explotación del balneario y la venta de agua embotellada con la marca “Aguas de Verín”, lo que anuncia repetidamente en la prensa de Madrid, primero desde su propio domicilio en la calle Alcalá y luego en la calle Hileras 17, cuando traspasa el estudio.

Hacia 1911, cuando ya tiene cerca de 70 años, dejamos de ver la publicidad de las aguas y balnearios de Verín, y por fin, tres años después, fallece el día 21 de junio de 1914. Fuera ya de su actividad profesional y de la vida social que antaño llevara, en la prensa apenas es ya noticia:
“En esta corte ha fallecido el antiguo fotógrafo D. Fernando Debas, que tuvo su estudio en la calle de Alcalá, y era persona muy estimada en la sociedad de Madrid. / Enviamos a su distinguida familia nuestro sentido pésame”(47).

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Esquela mortuoria de Fernando Debas, publicada en La Correspondencia de España, el 23/6/1914

En su esquela mortuoria figuran su esposa, Fanny Moulette, la cuñada de ésta (María Isambert) y sus sobrinas: Margarita y Fernanda y sus cónyuges, lo cual confirma la ausencia de hijos en su matrimonio.

Leer más:

Notas:                                                                botoncomentarios1-coleccion-fernandez-rivero-de-fotografia-antigua

(21) La Correspondencia de España, 1 de febrero de 1875.
(22) Utrera Gómez, Reyes. Homenaje a Cristobal Colón en el V Centenario de su muerte. Fotografías para el recuerdo de una figura histórica, en el Archivo General de Palacio. Reales Sitios. 2007 2º Trimestre; 172:50-63.
(23) José Osorio y Silva, Duque de Sesto y Marqués de Alcañices, fue persona clave en la restauración borbónica y consejero de Alfonso XIII durante toda su vida.
(24) La Correspondencia de España, 11 marzo 1875.
(25) La Correspondencia de España, 24 marzo 1875.
(26) La Época, 9 abril 1875.
(27) El Imparcial, 9-3-1869.
(28) Borges de Araújo, Nuno. A singular viagem do fotógrafo Jean Laurent a Portugal, em: CEM Cultura, espaço e memória. 2010;1:87-108.
(29) Fernández Rivero, Juan Antonio y García Ballesteros, María Teresa. “El álbum de la Exposición Vinícola de 1877: Laurent, Debás y Esperon”. 2015 (En prensa). Comunicación presentada a las I Jornadas de investigación en Historia de la Fotografía. 1839-1939: Un siglo de fotografía.
(30) La Correspondencia de España. 14/9/1904, página 3, firmado por “B. A.”
(31) El Porvenir, anuncios desde el día 1 de junio de 1878 hasta el 15 de marzo de 1879.
(32) Ricardo González, El asombro de la mirada. 100 años de fotografía en Castilla y León (1839-1939).                                                                  (33) La Época, 22 junio 1884.
(34) Ver por ejemplo en la página 89 de “Madrid: Laberinto de Memorias…”, de Publio López Mondéjar.
(35) El Imparcial, 12 marzo 1884.
(36) La Época, 13 marzo1885.
(37) En el Palacio Real se conserva una copia en gran formato (49×35 cms) con el retrato realizado por Debas de la Duquesa de Fernán Núñez en aquella ocasión, y que está coloreado y firmado por el pintor E. Rumoroso como iluminador. Esta imagen puede verse también en la página 93 del libro “La Fotografía en las Colecciones Reales…”.
(38) Sánchez Gómez, Luis Ángel . Exhibiciones etnológicas vivas en España espectáculo y representación fotográfica. En: Maneras de mirar : lecturas antropológicas de la fotografía / coord. por Carmen Ortiz García, Antonio Cea Gutiérrez, Cristina Sánchez Carretero, 2005, (págs. 31-60). Disponible en: http://bit.ly/2acuNq5
(39) La Tomasa : setmanari catalá Any IV Número 161 – 1891 septiembre 25
(40) Como en la mayoría de las capitales europeas las primeras sesiones de cine tuvieron lugar en Madrid en 1896.
(41) La Época 5 y 6 de enero de 1898. El Imparcial, 6 enero 1898. La Correspondencia de España, 6 enero 1898, y en días sucesivos en casi toda la prensa.
(42) Juan Jiménez Mancha. “El Veloz Club”. Anales del Instituto de Estudios Madrileños. 2004; 44: 555.568.
(43) López Mondejar, Publio. Las fuentes de la Memoria”…. Madrid: Lunwerg, 1989 (p. 82). Y López Mondejar, Publio. “Madrid, laberinto de memorias” (p. 61) – Ver bibliografía
(44) La Ilustración Española y America, 15-3-1900.
(45) Real Orden – Ministerio de la Gobernación 16 de noviembre de 1896. Anales de la Sociedad Española de Hidrología Médica. 1897; 13(1) : 8-9.
(46) Jorreto Paniagua, Manuel y Martínez Sanz, Isidoro. “Guía colombina : aceptada oficialmente por la Junta del Centenario”. Madrid Imp. de Enrique Rubiños.
(47) La Época, 23 junio 1914.

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