El impulso que imprimió la estereoscopia a la naciente industria fotográfica actuó como una auténtica marea que lanzó a los fotógrafos, desde Francia e Inglaterra, a fotografiar el resto del mundo, ya fuera próximo o remoto.
A. Gaudin et frères (Activo 1855-1872) Paris. Acueducto de Segovia. Cartulina estereoscópica, albúmina. 1857
La España de mediados del siglo XIX era un país al tiempo exótico y cercano. Objeto de interés de los «viajeros románticos» desde las guerras napoleónicas, se convirtió en uno de los destinos imprescindibles de estos fotógrafos estereoscopistas, sus monumentos, olvidados de los españoles, impresionaban fuera de nuestras fronteras hasta el punto de ser un elemento obligado en cualquier edición de vistas estereoscópicas que se preciara.
Joseph Carpentier (1829-1871) Paris. L’Hotel de Ville a Seville. Cartulina estereoscópica, albúmina. 1856
Fué el francés Joseph Carpentier el primero en realizar un reportaje estereoscópico en España, apenas cuatro ciudades: Madrid, Toledo, Sevilla y Granada. Cincuenta fotos editadas en principio por la casa Gaudin et Frères, que inauguraron un camino seguido por otros muchos.
Alfonso Begue (Activo 1858-1868) Madrid. Castillo de San Servando, Toledo. Cartulina estereoscópica, albúmina. Ca. 1860
Esta corriente tuvo su reflejo en las colecciones estereoscópicas que también realizaron fotógrafos españoles, como en el caso de Alfonso Begue, toledano instalado en Madrid, que compuso una pequeña colección con vistas de Madrid y Toledo.
Luis León Masson (Activo 1858-1875) Sevilla. Catedral de Sevilla desde el Real Alcázar. Cartulina estereoscópica, albúmina. Ca. 1859
Otro fotógrafo emprendedor fue Luis León Masson, francés afincado en Sevilla, que tomó vistas estereoscópicas en esta ciudad y también de otras muchas en Andalucía y en el resto de España. (CFRivero)
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