Este 21 de Junio celebramos el Día de la Estereoscopia (Stereoscopy Day), una iniciativa de Brian May a la que nos unimos ya en 2022, en esta ocasión con un homenaje a quien es también uno de sus fotógrafos preferidos: Thomas Richard Williams (1824 Blackfriars, Londres – Londres 1871)
This June 21 we celebrate Stereoscopy Day, an initiative by Brian May that we joined in 2022, this time with a tribute to who is also one of his favorite photographers: Thomas Richard Williams (1824 Blackfriars, London – London 1871)
T. R. Williams es miembro de un exclusivo club de fotógrafos elevados a una superior categoría, la de los inspirados que, desde la sencillez, consiguen transmitir emoción en cada imagen.
Es también Brian May quien, junto a Elena Vidal, realizó la más completa biografía del fotógrafo, que puede consultarse en la web de la London Stereoscopic Company, donde además de las circunstancias en que se desarrolló su vida personal y profesional, pone de manifiesto la especial capacidad artística de Williams, (TR como deseaba ser llamado). Su especial sensibilidad y creatividad le llevaron desde sus humildes orígenes a ocupar un lugar privilegiado entre los fotógrafos de Regent Street1Brian May and Elena Vidal. (2009). A Village Lost and Found«. Quarto Publishing Group UK..
Retratos al daguerrotipo
Desde que en 1851 se independizara de su maestro Claudet, los primeros trabajos que podemos admirar firmados por T. R. Williams son daguerrotipos, en los que nuestro fotógrafo alterna el formato monoscópico y el estereoscópico, iluminados a mano y presentados en un cuidado estuche de piel con el sello de la casa.
El daguerrotipo con el que encabezamos este artículo le acredita como «Artista fotógrafo», tal como él mismo se definía y así fue reconocido por su clientela que, tal como se describe en su biografía, formaba colas de carruajes ya ante la puerta de su primer establecimiento en el número 35 de West Square, en el barrio obrero de Lambeth al sur del gran Londres.
De estos primeros años es su acuerdo comercial con la firma Knight & Sons, (cuyo sello puede verse en el retrato de la niña que adjuntamos más abajo), posiblemente con fines de distribución de sus copias.
El estudio de Regent Street:
Su éxito comercial propició que en 1854 abriese su estudio en la céntrica Regent Street, en el último piso del nº 236, donde instaló una galería acristalada, que a pesar de carecer de elementos anunciadores, consiguió abrirse paso entre los más de veinte estudios próximos, con nombres tan relevantes como los del propio Claudet, su maestro, Beard, Mayall o Kilburn.
La fotografía del joven que podemos observar aquí, con la firma manuscrita de TR Williams, está incluida en el álbum fotográfico que perteneció al capitán Henry Pilkington Jackson, destinado en Gibraltar en la década de 1860.2Colección Fernández Rivero
Pero si bien el retrato fue siempre el elemento central de su actividad, su fascinación por la fotografía estereoscópica le llevó a desarrollar nuevas aplicaciones iconográficas en este formato que él mismo describe en el dorso de sus copias, como vemos en el que aquí mostramos, en el que puede leerse en su transcripción:3Transcripción debida a Getty Museum
«A select Collection of Photographic Slides for the Stereoscope, including a series / of Views taken in and about the Crystal Palace, Sydenham, / with descriptive letter press. / MR. T.R. WILLIAMS, / Photographic Artist, / REGENT [space] 236, [numerals within decorative element] [space] STREET, / Opposite Hanover Street, / Paintings, Water Colour & Crayon / Drawings, Sculpture, and all articles / of Vertû carefully copied. [space] LONDON. / PORTRAITS TAKEN DAILY. [space] Small Daguerreotypes accurately / copied on an enlarged scale, and any / number of Impressions supplied. / BAXTER, SC. / 1. Arthur St. Grays Inn Road. [entire text within numerous scrolls]».
Tarjetas estereoscópicas, primera serie:
T. R. Williams editó una primera serie de estereoscopias con imágenes variopintas, entre las que se encuentra el retrato de esta niña con una cesta de huevos y algunas escenas que podríamos calificar como costumbristas, iniciando así una de las facetas más exitosas de la edición estereoscópica.
También incluía un grupo de bodegones, inspirados en aquellos creados por los pintores flamencos del siglo XVII, y reproducidos en fotografías hiperestereoscópicas que conseguían, por tanto, un gran impacto visual.
De esta serie tenemos en la CFRivero las variantes a y b del número 3 (FS-03 Cock and Fox) tal como Brian May las denomina en su catálogo.
La escena «El gallo y el zorro» es una de las imágenes verdaderamente inolvidables de TRW. La belleza y perfección de una de estas tarjetas, vista simplemente como un objeto, es algo digno de contemplar, especialmente si las imágenes han sobrevivido en buenas condiciones. Este suele ser el caso, ya que TRW era un maestro en su química y sus imágenes son notablemente resistentes a los estragos del tiempo. Pero la imagen es aún más emocionante vista en estéreo; la composición, la iluminación, la claridad y la perfección del proceso, todo se combina para crear un espacio tridimensional lleno de vida y tensión nítidamente definidas, tanto más notable si se tiene en cuenta que los dos personajes principales de la escena son, necesariamente, disecados (ya que no existía la tecnología para fotografiar animales vivos). (Brian May)
La Exposición Universal y el Crystal Palace:
Aunque ya en la primera versión del Crystal Palace en Hyde Park, en 1851, T. R. Williams había realizado daguerrotipos estereoscópicos con éxito, fueron sus estereoscopias del edificio en Sydenham, en 1854, las que formaron su segunda serie, con 45 vistas comentadas, alguna de ellas de la propia ceremonia de inauguración.
Entre los escenarios recreados en la Exposición se encontraba la Alhambra de Granada, parte de cuya descripción decía lo siguiente:
«La combinación infinita de sus colores, su elegante calado, la ligereza mágica de sus columnas y sus exquisitos arcos son únicos. Es la perfección de la arquitectura árabe. Este palacio, residencia durante largo tiempo de los reyes moros, está situado sobre una colina, mirando a la ciudad de Granada en el sur de España, y gracias a su situación y al coraje caballeresco de sus defensores, resistió todo el poder de Castilla durante 250 años, hasta que finalmente fue sometida por Fernando e Isabel en 1492.»
El éxito comercial de estas colecciones propició que Williams formalizase un contrato para su edición masiva con la London Stereoscopic Company, que se prolongaría en la edición de su tercera serie.
Scenes in Our Village:
Pero la serie más interesante y encantadora es sin duda la que dedicó a reproducir el escenario en el que había transcurrido su infancia, en la aldea de Hinton Waldrist, en el actual condado de Oxforshire, con 59 estereoscopias iluminadas a las que adjuntaba una poética descripción: Scenes in Our Village
Donde crecen los juncos y extienden los nenúfares
su alfombra verde sobre el lecho acuoso,
la tribu de los peces disfruta de su felicidad,
y del deporte inconsciente del cebo tentador.
Esta fue, en palabras de Brian May: «claramente una empresa muy personal para Williams; el tono de los poemas muestra una inconfundible familiaridad con el entorno y una profunda implicación en algunas de las situaciones descritas». Son tarjetas difíciles de encontrar, pero gracias al trabajo de May es posible disfrutar de toda la colección y además seguir la pista de sus localizaciones en la actualidad. Para ello publicó un precioso libro con la London Stereoscopic Company, que recomendamos: A Village, lost and found.
Fotógrafo de la Carte de visite:
Su fama de buen profesional y los premios conseguidos en las exposiciones de París (1855) y Londres (1862), le llevaron a fotografiar a la futura Reina Victoria en su 16 cumpleaños. De esta manera adquirió la categoría de «Photographer to the Queen», cualidad que no dejó de consignar en sus créditos.
Su muerte se produjo el 5 de abril de 1871, después de padecer una enfermedad en sus diez últimos años, según sus biógrafos, posiblemente causada por la manipulación de sustancias tóxicas en los primeros años de su relación con la fotografía, como es el caso de tantos otros fotógrafos de muerte prematura.
En nuestra opinion, T. R. Williams es miembro de un exclusivo club de fotógrafos elevados a una superior categoría, la de los inspirados que, desde la sencillez, consiguen transmitir emoción en cada imagen.
Bibliografía y notas
- 1Brian May and Elena Vidal. (2009). A Village Lost and Found«. Quarto Publishing Group UK.
- 2Colección Fernández Rivero
- 3Transcripción debida a Getty Museum
