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Alberto Martín Vicente nació en Valbona, Teruel, hacia 1870. Su esposa, Dolores Zamora, era hija del impresor José Antonio Zamora,i de quien probablemente aprendiera la profesión. Desde al menos 1896 lo encontramos en Barcelona como editor, siendo su primera denominación: “Centro Editorial de Alberto Martín”,ii entonces domiciliado en la Ronda de San Antonio 64. Ya desde el comienzo basó su estrategia editorial en la publicación de temáticas muy populares y profusamente ilustradas, por lo que estos primeros títulos conocieron numerosas reediciones. Hacia 1900 comenzó la edición de diferentes publicaciones con mapas de todas las provincias españolas. En una publicación de 1901iii vemos modificado su domicilio comercial a la calle Muntaner 24 y su denominación ahora es: “Establecimiento Editorial de Alberto Martín”. Con esta denominación y domicilio publica en 1904/1905 su “Atlas geográfico de España” en dos tomos, en las que recopila todos los mapas publicados hasta entonces, una edición que, pese a su tamaño y coste, llegará a ser muy popular.
En la mayoría de sus publicaciones no figuraba el año de edición, quizás para evitar el control de sus numerosas ediciones, pero también porque para mantener la vigencia de mapas y fotografías es mejor no indicar el año (Hernández Latas: 2009, 516) por lo que en ocasiones resulta muy difícil fijar el momento exacto de la aparición de las publicaciones. Hacia 1905 se muda a Consejo de Ciento 140 (que será su domicilio hasta el cierre ya en la década de 1960), y ya por estas fechas comienza a usar su denominación más usual: “A. Martin, Editor”. Durante la década de 1910 comenzó la publicación de los “Portfolios Fotográficos”, cuadernos con mapas y fotografías de los diferentes pueblos españoles agrupados por comarcas y provincias, de manera que si la década anterior basó su principal estrategia editorial en los mapas, en la de 1910 se vuelca en la publicación de ediciones profusamente ilustradas con fotografías. Entre estas ediciones fotográficas Alberto Martín decide emprender una colección de vistas estereoscópicas que analizaremos en el siguiente capítulo.
Los escasos retazos de su actividad no directamente relacionados con sus publicaciones que hemos encontrado en la prensa, nos hablan de un personaje comprometido con la profesión, le encontramos formando parte de la junta directiva del Centro de la Propiedad Intelectual en 1907,iv y en 1917 y 1918 igualmente como vocal del Instituto Catalán de las Artes del Libro. O colaborando con sus donaciones a los premios otorgados por la Asociación Protectora de la Enseñanza Catalana en 1916.v Sobre el año de su muerte encontramos ciertas discrepancias pues mientras la Biblioteca de Catalunya afirma que murió en 1917 (ver nota 1), en dos notas de prensa de La Vanguardia hemos encontrado la noticia de la constitución de la junta directiva del Instituto Catalán de las Artes del Libro, de febrero de 1917 y marzo de 1918vi, en los que Alberto Martín aparece como miembro de la misma. No se trata de una reseña sobre la composición de la junta directiva, de la que podríamos dudar sobre su actualización, sino que es una noticia sobre la elección de la junta para el año en curso de manera que puede así afirmarse que al menos en marzo de 1918 Alberto Martín continuaba vivo. En cualquier caso su viuda, Dolores Zamora, continuará la labor editorial y luego su hija Dolores Martín Zamora y después su nieta Blanca Bonet Martín (Biblioteca de Catalunya), quien por fin la cerraría entre 1965 y 1966. Los fondos fueron a parar a dos instituciones diferentes, una parte a la sección de fotografía del Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona y otra al antiguo Archivo Fotográfico de Museos, pero hoy ha sido reunificado en el primero.vii
La colección estereoscópica “El Turismo Práctico”
La colección estereoscópica de Alberto Martín es sin lugar a dudas la más popular entre las realizadas en España durante el siglo XX, lo que no impide que mantengamos aún algunos interrogantes sobre ella como por ejemplo el momento exacto de su lanzamiento al mercado o también acerca de los autores de las fotografías. En lo que respecta a lo primero, ya en nuestro primer acercamiento a la colección la datamos entre 1910 y 1920 (Fernández Rivero: 2004, 126, 232), Hernández Latas (2009) al estudiar las de Zaragoza, y teniendo en cuenta la publicidad que el editor incluía al dorso de las cartulinas estereoscópicas sobre otras obras de la editorial, las fecha entre 1914 y 1922. Por nuestra parte podemos añadir un interesante documento que figura en nuestra colección y que se trata de una “Póliza de venta a plazos” realizada a nombre de D. Pedro Fernández de Córdoba en el sevillano pueblo de Constantina. El documento está firmado el día 22 de mayo, y aunque no está relleno el espacio reservado para escribir el año, sí podemos ver que en el texto ya impreso figura el año: “191_”, lo que no deja lugar a dudas sobre el hecho de que la colección se inicia en esta década y no en la siguiente. Pero el documento nos ofrece otros datos de interés, como por ejemplo que lo que se está vendiendo allí es: “Un ejemplar de la obra EL TURISMO PRÁCTICO, colección de Vistas Estereoscópicas de España, compuesta de 210 vistas en _____, repartiéndose catorce mensuales, contenidas en una elegante carpeta, por el precio de pesetas sententa y cinco”. A la sucripción el comprador pagaba dos mensualidades (diez pesetas) y luego trece más a razón de 5 pesetas al mes. Junto a la póliza se conservan también casi todos los recibos de pagos mensuales, sin fechas, pero en todas ellas figura “A. Martín” como editor y firmante del recibo, con su firma manuscrita en forma de sello de caucho. Todas estas pistas nos inducen a pensar que ni siquiera estamos a finales de la década sino más bien a mediados, o a principios, pero en cualquier caso en vida del editor.
De manera que por los datos de los que disponemos hasta ahora la primera colección que Martín lanza al mercado estaba ya compuesta de 15 carpetas, numeradas del 1 al 15, que contenían 14 vistas cada una de ellas. Esta primera relación incluía las siguientes ciudades (en orden numérico de carpetas):
| 1. Palma de Mallorca [contiene también vistas de Deyá y Soller] | 8. Gerona |
| 2. Barcelona | 9. Castellón de la Plana |
| 3. Barcelona – Montserrat | 10. Córdoba |
| 4. Madrid | 11. Sevilla |
| 5. Madrid – Palacio Real | 12. Valencia |
| 6. Toledo | 13. Málaga |
| 7. Tarragona | 14. Granada |
15. Murcia
La otra gran incógnita se refiere a la autoría de las fotografías, los profesionales que realizaron el trabajo de campo en las diferentes ciudades. El archivo municipal del ayuntamiento de Barcelona nos da los siguientes nombres (ver nota 8): Sala, Adolf Mas, Enric Castellá, Guixens, y Guixá, que hemos identificado como los fotógrafos: Enrique Castellá,viii Adolfo Mas Ginestá (1860-1936), Sala,ix I. Güixens, de Vendrell, y J. Guixá, de Manresa. De ellos solo Mas aparece como autor al dorso de las cartulinas de la primera serie, la de Palma de Mallorca, pero ya no hemos visto ninguna otra mención a fotógrafos, y tampoco sabemos si los mencionados son los únicos que intervinieron o puedieron ser más, como sospechamos, ni tampoco qué territorios recorrieron cada uno de ellos.
El modelo de esta primera serie parece inspirado en las colecciones de las grandes casas americanas, como Underwood o Keystone (Fernández Rivero: 2004, 93-94). Así las cartulinas son bastante gruesas y curvadas de arriba abajo, y llevan también, como las americanas, un texto explicativo al dorso. En este caso en español, francés e inglés. Otra información interesante que aportan las cartulinas en su dorso es el número del “clisé” (así llamado por el editor). En los extremos y en texto vertical aparece en ambos extremos publicidad de otras publicaciones del editor, que difieren en cada una de las catulinas de una misma serie. En anverso solo aparece la numeración y el título. De esta serie, a la que llamaremos “A”, hemos encontrado ejemplares con diferentes tamaños que oscilan entre los 170 y 177 mm. para el ancho y 88 a 93 de altura. De muchos números de esta serie encontramos también otra versión más moderna, esta vez en cartulina plana, en cuyo anverso figuran (en vertical en los extremos) las frases: “Colección de Vistas Estereoscópicas de España” y “Monumentos Artísticos, Naturaleza, Costumbres”, siendo al dorso iguales a la anterior. A esta serie la llamaremos “B”. Es de destacar también que no estamos ante una impresión fotomecánica, sino ante una verdadera fotografía en gelatina de plata. En este caso, y a diferencia de las colecciones americanas, se trata de una fotografía que ocupa el tamaño completo de la cartulina, y que incluye por tanto el par estereoscópico y todos los textos en la misma placa. Es una novedad que ya habían incorporado otras grandes empresas productoras de cartulinas estereoscópicas, frente a las mencionadas series americanas que llevaban dos piezas de gelatina de plata adheridas a la cartulina.
Al igual que las grandes empresas americanas Martín ofrecía también un estereóscopo en aluminio y madera, al estilo de los Holmes-Bates (ver imagen) fabricado expresamente para la ocasión y en el que podía leerse, grabado en el cuerpo de aluminio: “El Turismo Práctico – Barcelona”. Este aparato se ofrecía al comprador de la suscripción a las 15 carpetas, figurando en la mencionada póliza de venta el siguiente texto en la condición segunda de la misma:
“2. Con la segunda carpeta recibirá el comprador un aparato mejicano con sombrero de aluminio, y con la tercera una caja de madera para guardar el aparato y las vistas, como regalo de la casa al comprador de quince carpetas”
El lanzamiento de esta primera colección debió ser bastante exitoso porque la editorial profundizó en el proyecto, por un lado ampliando notablemente el número de carpetas pero también remodelando por completo el conjunto. La primera novedad es la reducción del número de piezas en cada carpeta, 12 en lugar de 14, pero al mismo tiempo las cartulinas son ligeramente más pequeñas,x planas, más ligeras que las anteriores, y los bordes son ahora redondeados, en lugar de rectos, para la mejor adaptación a las cajas que veremos más adelante. A esta serie la llamaremos “C”.
A. Martín propone ahora una nueva forma de comercialización de su remodelada colección,xi a la que divide en “series”. La primera de ellas está compuesta por las primeras 17 carpetas, que contienen un total de 204 vistas. Esta colección la vende al precio global de 125 pesetas, pagaderas en un primer plazo de 15 y veintidós mensualidades de 5. Con la oferta se incluye un visor de aluminio y madera, pero de inferior calidad que el anterior (no lleva grabada la marca de la Casa), y es plegable para poder ser guardado en una caja de cartón a imitación de un libro. La colección completa se guardará también en “cajas-estuche”, en forma de libro, que también se regala a los suscriptores. Estas cajas-libro y el visor plegable incluido en una de ellas, es una idea tomada de las casas americanas ya mencionadas, que ya la habían puesto en funcionamiento con notable éxito, y que son perfectamente replicadas por Martín. Tras esta primera serie remodelada la Casa anuncia que las restantes series constarán de 18 carpetas con 216 vistas en total. En el folleto publicitario del que hemos extraído estos datos hay una relación con todos los títulos de cada una de las carpetas de la primera y segunda serie y los de las carpetas 36 a 43 de la tercera, anunciando que tienen en preparación nuevos títulos. Hay también una curiosa nota que reproducimos por su interés:
“NOTA. Nos reservamos el derecho de sustituir por otras algunas de las vistas anunciadas en este índice, cuando por rotura tengan que cambiarse los clisés”
De momento es difícil precisar el momento exacto en que se produce este importante cambio en la colección, que provisionalmente situaremos alrededor de 1920. Debemos señalar también que existen algunas series con el nuevo formato, serie “C”, pero con 14 ejemplares en lugar de 12, sin duda un momento de transición, cuando ya se ha adoptado el formato pero sin reducir aún el número de cartulinas en cada carpeta.
Las sucesivas ediciones van incorporando pequeñas novedades, como por ejemplo la supresión del idioma francés en los textos del dorso, quedando solo en español e inglés, y también del número del negativo utilizado. Por otro lado, y como ya hemos visto que los propios editores advirtieron, el uso de las placas para la fabricación del producto hace que algunas de ellas queden inutilizadas por lo que han de ser sustituidas por otras imágenes, cosa que no representa ningún problema porque siempre se tomaban más imágenes por seguridad. Así encontramos casos de sustituciones aisladas de placas, como por ejemplo en Mallorca (nº 10), Barcelona (nº 5) y Zaragoza (nº 3), pero también hay casos en que las sustituciones de imágenes en las sucesivas series que se van editando son muy numerosas, a título de ejemplo podemos citar los de Málaga, en donde solo se repiten tres vistas entre las ediciones de carpetas de 14 y 12 ejemplares, segunda serie del Palacio Real de Madrid, Valencia, Sevilla, Castellón, o Granada. Existió también una versión iluminada de las vistas, que debió venderse poquísimo pues apenas si hemos visto alguna (Alhambra de Granada). De algunos lugares hemos encontrado colecciones numeradas del 1 al 10, por lo que sospechamos que pudieron comercializarse también de esa forma recortando algunas carpetas de doce,xii pero también parece que algunas carpetas se crearon ya directamente con diez ejemplares solamente. Es el caso por ejemplo de las carpetas de Gaucín-Cazorla, Valle de Arán o monasterio de Piedra, y quizás también algunas otras.xiii Tampoco falta el típico error en pares estereoscópicos de no invertir los pares positivos al positivar los negativos, con lo cual tenemos una visión tridimensional invertida, difícil de interpretar por nuestro cerebro. Este caso lo hemos observado por ejemplo en varias de las imágenes de Castellón de la primera serie.
Estudiando el listado completo de las carpetas editadas vemos que en el primer bloque, hasta el número 15, todas eran de ciudades capitales de provincia, excepto las dedicadas a Montserrat y al Palacio Real de Madrid. A partir de la carpeta número 16, el editor completa la totalidad del resto de capitales de provincia de aquellos momentos.xiv Tengamos en cuenta que Canarias no se dividió en dos provincias hasta 1927 por lo que aquí aparece solo Tenerife. Además de ello añade a su colección las siguientes ciudades y lugares: Alhambra de Granada (dos carpetas), Cartagena, Santiago de Compostela, Tetuán (capital del Protectorado español en aquellos momentos), Vigo, Monasterios de Piedra, Santa Creus, Poblet y Ripoll, una carpeta compartida entre el pueblo malagueño de Gaucín y la Sierra de Cazorla, catedral de Burgos, Fernando Poo, entonces colonia española, aunque más tarde, en 1956, pasara a ser capital de una de las dos provincias en que quedó dividida la colonia de Guinea Española, Valle de Arán, Monasterio de El Escorial (dos carpetas), Sierras de Gredos y Guadarrama y Aranjuez. Así tenemos un total de 71 carpetas cuya numeración pasamos a detallar a partir de la número 16:xv
| 16. Salamanca | 44. Monasterio de Poblet |
| 17. Granada (Alhambra) | 45. Zamora |
| 18. Zaragoza | 46. Gaucín – Cazorla |
| 19. Alicante | 47. Monasterio de Ripoll |
| 20. Valladolid | 48. Santander |
| 21. Almería | 49. Oviedo |
| 22. Ávila | 50. Pamplona |
| 23. Cádiz | 51. Badajoz |
| 24. Cartagena | 52. Cáceres |
| 25. Segovia | 53. Huelva, [Puerto de Palos] |
| 26. Huesca | 54. Palencia |
| 27. Lérida | 55. León |
| 28. Albacete | 56. Burgos |
| 29. Jaén | 57. Burgos – Catedral |
| 30. Ciudad Real | 58. Fernando Póo |
| 31. Teruel | 59. Monasterio de Piedra |
| 32. Alhambra de Granada | 60. Guadalajara |
| 33. Bilbao | 61. Soria |
| 34. Logroño | 62. Santa Cruz de Tenerife |
| 35. Santiago | 63. Vitoria |
| 36. Pontevedra | 64. Valle de Arán |
| 37. La Coruña | 65. Cuenca |
| 38. San Sebastián | 66. Monasterio del Escorial |
| 39. Tetuán | 67. Monasterio del Escorial |
| 40. Orense | 68. Sierra de Gredos |
| 41. Lugo | 70. Sierra de Guadarrama |
| 42. Vigo | 71. Aranjuez |
| 43. Monasterio de Santas Creus |
A la lista completa debemos hacer algunas observaciones: de Montserrat y Palacio Real de Madrid existen 28 cartulinas diferentes, numeradas del 1 al 28, que suponemos se servían en carpetas diferentes de 14 cada una, pero no existe más que un número de carpeta para ellas, respectivamente las números 3 y 5. En el mismo caso está la carpeta nº 70, Sierra de Guadarrama, pero en esta ocasión con un total de 24 en dos series de 12 ejemplares. Haciendo un recuento con los datos ofrecidos tenemos un total de 238 ejemplares para la primera edición de carpetasxvi y 680 aproximadamente para las 56 carpetas restantesxvii, en total una cifra en torno a 918 ejemplares editados, con las incógnitas de cuántas carpetas exactamente contenían solo 10 ejemplares en lugar de 12, y sin contar las imágenes nuevas que sustituyeron a las antiguas por rotura de la placa, que ya hemos comentado. Estas cifras hacen referencia exclusivamente a los ejemplares realmente editados, no al total de fotografías que se tomaron en su momento.
Afortunadamente se conserva una extensa colección de fotografías del archivo de la editorial Alberto Martín, ya que en 1965 su nieta, Blanca Bonet Martín, donó al Ayuntamiento de Barcelona un total de 6.334 fotografías, muchas de ellas negativos estereoscópicos, que hoy se conservan en el Arxiu Fotogràfic de la Ciutat.xviii Por su parte en la Biblioteca de Catalunya se conservan alrededor de 20.000 documentos fotográficos procedentes también de Blanca Bonet, divididos entre fotografías en papel de diferentes tamaños y sus correspondientes placas negativas en vidrio, así como 150 vistas en cartulinas estereoscópicas de El Turismo Práctico.xix Además de ello la Biblioteca de Catalunya posee otro conjunto de 1.517 fotografías estereoscópicas, con ejemplares repetidos de diferentes series, de El Turismo Práctico.xx Por su parte el Institut Cartografic i Geologic de Catalunya conserva 203 positivos de esta colección que pueden visualizarse en su webxxi. Salvo en este último archivo, el resto de las instituciones proporcionan información sobre los títulos de las imágenes, pero no muestran las fotografías por lo que para nuestro estudio nos hemos basado sobre todo en nuestra propia colección compuesta por unas 700 piezas.
Por último realizar una valoración global del contenido de la colección, de su valor estético y documental, es arriesgado por cuanto la autoría es diversa y no sabemos exactamente quién hizo cada colección. Por ello mismo lo que sí podemos afirmar es precisamente la heterogeneidad de las diferentes colecciones, la falta de un criterio uniforme que rigiera el trabajo realizado, aunque éste lo fuera por autores diferentes. No obstante podemos afirmar que predomina en general el carácter monumental en las tomas, con menos atención al elemento humano, a las personas en sus quehaceres y oficios, casi echamos de menos a la colección Levy, realizada veinte años atrás. Así podemos apreciarlo por ejemplo en las colecciones de Toledo, Gerona o Salamanca. Más equilibradas encontramos las de Castellón, Córdoba, Sevilla, Valencia, Murcia, Badajoz o Palencia. Algunas, como la de Málaga, nos sorprenden incluyendo la toma de una escena en un barrio marginal. Otras resultan especialmente interesantes por lo poco corriente, como las de Fernando Poo, o extravagantes, como las de la yeguada de Gaucín.
En resumen una interesantísima colección en formato estereoscópico de la España previa a los grandes cambios que se avecinarían tras la guerra civil. Un conjunto al que solo puede compararse el realizado por Alois Beer casi en las mismas fechas, aunque abarcando menos lugares (Fernández Rivero: 2004, 178-180).
VERSIÓN EN INGLÉS:
RIVERO, Juan A. F.; BALLESTEROS, Maria Teresa García. Spanish Stereoscopic Commercial Photography in the 20th Century: “El Turismo Práctico” and “Rellev”. International Journal on Stereo & Immersive Media, [S.l.], v. 2, n. 2, p. 4-27, june 2019. ISSN 2184-1241. Available at: <http://revistas.ulusofona.pt/index.php/stereo/article/view/6815>. Date accessed: 07 july 2019.
Notas:
i http://www.bnc.cat/esl/Media/Files/reculls_facticis/fotografies/El-Turismo-practico
ii Ver por ejemplo en el libro: “Cuba Española, reseña histórica de la insurrección cubana en 1895”, cuyo autor es Emilio Revertér Delmas, con ilustraciones de Francisco Pons, editado en 1896. Al año siguiente edita, con la misma denominación editorial otro libro del mismo autor titulado: “Filipinas por España: narración episódica de la rebelión en el archipiélago filipino”, también con ilustraciones de Pons.
