Que fotografía analógica y papel caminaron inseparablemente unidos en sus ciento cincuenta años de recorrido, es una realidad que no necesita mayor aclaración, sin embargo ¿cómo fue la adaptación de este material hasta constituirse como el soporte básico de las principales técnicas fotográficas antiguas?

A este tema hemos dedicado un reciente artículo del que aquí os dejamos un resumen y que está disponible, en versión completa, en este enlace:
Juan Antonio Fernández Rivero. El Papel en los inicios de la fotografía. XIII Congreso Internacional de Historia del Papel. 2019. p: 137-151
El papel frente a la placa metálica:
Fue Henry Fox Talbot el primero en utilizar papel como soporte de la imagen fotográfica, en contraposición al procedimiento del daguerrotipo cuya imagen se fijaba sobre una superficie metálica. Pero la gran diferencia de su método y su gran aportación lo constituía la capacidad de reproducir infinitamente las imágenes obtenidas por el método de negativo (imagen captada), positivo (imagen reproducida), ambas sobre papel.
Estamos hablando del papel como soporte primario de la emulsión sobre la cual se impresionará la imagen, casi podríamos decir que es lo que comúnmente, y por extensión, llamamos “fotografía” una vez procesada y estabilizada.
El papel usado como negativo había de impregnarse por completo de los líquidos necesarios para la toma de la fotografia, un procedimiento que se hacía por inmersión. Los positivos en cambio podrían ser emulsionados por inmersión o bien impermeabilizándolos con una capa de albúmina, que una vez seca recibía la siguiente capa de sales de plata sensibles a la acción de la luz. El procedimiento fue aportado por Louis-Desiré Blanquart-Evrard, y acababa confiriendo mayor calidad a la copia final y proporcionaba una mayor finura de detalles, lo que le convirtió en el sistema más empleado durante el siglo XIX.
Pero… ¿qué papel utilizó Talbot?, ¿Qué tipo de papel utilizaron aquellos primeros fotógrafos?. Lógicamente papel de escritorio, el mejor que tuviesen a su alcance, el que ofreciese una superficie más uniforme, exento de impurezas, resistente a los procesos de humidificación, evitando las marcas de agua en lo posible, … (concretamente el de Watman‘s Turkey Mill, fabricado por los molinos de Hollingseorth, en Maidstone, Kent, y el de Turner’s Chafford), aunque a menudo el propio Talbot se quejaba de sus imperfecciones, como las diferencias de espesor, un gran inconveniente sobre todo en el caso de su utilización como negativo ya que todo defecto se transferiría a la imagen positiva, incluso la filigrana, como puede verse en el ejemplo de la estereoscopia que encabeza este artículo.

Hacia un “papel fotográfico”:
Pero ya en la década de 1850 el panorama comenzó a cambiar. Sigamos el debate que se dió en la Société Heliographique (precedente de la Société Française de Photographie) en París: Sesión del 21 de marzo de 1851 – Informe de la comisión sobre fabricación de papeles fotográficos franceses, constituída por nombres tan relevantes como Gustave Le Gray, Henri Victor Regnault, Gaudin, Jules-Claude Ziegler o Hippolyte Bayard.
– Bayard: anuncia que la comisión se ha reunido una sola vez y que por tanto los trabajos no estan terminados y serán presentados próximamente a la Sociedad.
– Ziegler informa no obstante que sería deseable que la Sociedad encargara a la papelera Canson una partida de papel destinado a la fotografía. En sesiones sucesivas…
– Auguste Mestral informa que el papel “Petit Canson” es el mejor, Le Gray dice que él emplea el papel de Angoulème con exito, mientras que
– Regnault informa que la casa Canson le ha enviado muestras, caras en opinión de Le Gray, a lo que Mestral responde que el papel Lacroix es mas barato.(1)
El tema surge reiteradamente en diferentes foros y va teniendo eco entre los fabricantes de papel aunque con cierta lentitud.
El papel encerado:

La firma Marion, dedicada a papelería de lujo, fundada en París por Claude Mames Auguste Marion, abrió una sucursal en Londres, y hacia 1855 se especializó en papeles para fotografia, fabricando incluso sus propios materiales, tanto para negativos, como para positivos, cartulinas para los formatos de retratos, etc. llegando a ser considerada como una de las principales suministradoras de material fotográfico (incluyendo cámaras y toda clase de aparatos) de toda Europa. La casa Marion contribuyó a difundir el procedimiento del papel encerado de Le Gray desde su publicación hasta principios de la década de 1860, de hecho era uno de los escasos comercios que vendía un papel previamente encerado, incluso también yodado (añadiendo yoduro de plata, necesario para la formación de la imagen), con la fórmula del propio Le Gray ligeramente modificada.
Primeras orientaciones:

Los manuales de fotografía están igualmente plagados de comentarios y consejos sobre el uso del papel y los resultados que pueden obtenerse según las marcas entre las que aparece con frecuencia Canson Frères. Por ejemplo los papeles ingleses encolados con gelatina presentaban una mayor sensibilidad a la luz mientras que los franceses que usaban normalmente el almidón como aglutinante eran más recomendables como soportes para la albúmina.
Papel albuminado:
Finalmente la fabricación de papel albuminado quedó hasta bien entrado el siglo XX en manos de solo dos compañías: Por un lado Blanchet Frères et Kléber, que produjeron la marca Rives cerca de Grenoble, y por otro Steinbach & Co. cuyo molino Malmédy (Bélgica) produjo el papel marca Saxe. El papel “‘Rives” fue el más utilizado por presentar una superficie más lisa, aunque éste último presentaba una mayor resistencia y era el preferido para impresiones más grandes. Ambos papeles estaban hechos a máquina y preparados con una mezcla de almidón y resina de jabón.
Cuando se impone la técnica de papel albuminado para los positivos comienzan a surgir fabricantes, el pionero en Alemania fue el Instituto de Fotografía de Eduard Liesegang, en Elberfeld, que comenzó la producción ya en 1854. En pocos años había 24 empresas de producción de papel albuminado en el país y aunque también en otros países surgió esta industria (Inglaterra, Francia, Austria y EE.UU), fue en la región de Dresde donde la concentración de fabricantes de papel fotográfico dió lugar en 1874, mediante la fusión de siete firmas, a la gran compañía Die Vereinigten Fabrike Photographische Papiere AG que monopolizó el mercado y mantuvo la fabricación hasta 1930.

Todo el debate que tuvo lugar en Europa sobre el papel fotográfico se reflejó en España a través de los manuales traducidos o de las revistas especializadas ya desde la década de 1850, sin que tengamos noticia de la fabricación de papel fotográfico en el territorio español, como afirmaba en 1882 uno de los escasos manuales de fotografía españoles, el publicado por Enrique Picatoste: “papel para emplearlo en el procedimiento a la albúmina que los fotógrafos españoles traen del extranjero,
empleando especialmente el de Angouleme“.
Ejemplo de una fotografía sobre papel de escritorio:
Para terminar con un ejemplo, nos ha parecido muy curiosa la fotografía que incluimos de Santa María la Blanca de Villalcázar de Sirga, en el Camino de Santiago, una imagen positivada con la técnica que a finales del siglo XIX desbancó a la albúmina, la gelatina de plata. Sin embargo, a pesar de haber sido realizada en torno a 1890 puede comprobarse que el fotógrafo no pudo sino utilizar un papel con filigrana para el positivo. Creemos que no debe existir una fotografía tan antigua de este magnífico ejemplo del románico en el Camino de Santiago, y sospechamos que su autor fue un fotógrafo no profesional con evidentes dificultades para encontrar materiales adecuados para practicar la fotografía.
(1) Las referencias exactas de los datos aportados por este artículo pueden verse en el artículo publicado.