El Conserje del Museo del Prado

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Laurent, Jean. Ramón Collado y Ortiz con su familia. Madrid, 1858. Albúmina (Col. Fernández Rivero)

Este retrato de un grupo familiar está pegado sobre una cartulina de mayor tamaño y al pié puede leerse en letras de imprenta a la izq. : J. Laurent Fotógrafo de S.M., y a la derecha: Madrid, Car. S Gerónimo 39.

La fotografía está dedicada por el varón protagonista  a un amigo con la siguiente inscripción de cuidada caligrafía en tinta negra:

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Detalle de la fotografía e J. Laurent de la familia del Conserje del Museo del Prado

«Al Sr. D. Bernardino Montañés. su affmo amigo» [firmado:] Ramón Collado y Ortiz

A lápiz figuran algunas anotaciones, debajo de la señora sentada: Dña. Petronila; bajo la joven vestida de negro: Manuela, y bajo la joven de la derecha: Carmen, fallecida en 1877.

Junto a la firma: Conserje del Museo de pinturas de Madrid. 1858

Así que estamos ante un retrato, realizado por encargo o por amistad, por Jean Laurent, en una fecha muy temprana en la actividad del fotógrafo (que había abierto su estudio apenas dos años antes) al Conserje del Museo del Prado, – llamado Museo de Pinturas y Esculturas y Museo Nacional de Pinturas y Esculturas hasta bien entrado el siglo XX.

Nada hemos podido conocer sobre este señor padre de familia, pero sí otros muchos datos interesantes sobre la figura del «Conserje del Prado». Un cargo que no tiene mucho que ver con el sentido que tiene actualmente el término «conserje». El  Conserje era un cargo dependiente de la administración real, fijo y con funciones propiamente museográficas:  era el responsable del edificio y de la buena conservación de las obras allí alojadas, tanto es así que tenía su vivienda en el propio Museo*, por lo cual debemos situar la fotografía en una de las dependencias del edificio. El cargo había estado ocupado por hombres tan notables como Luis Eusebi, a quien se le debe el primer catálogo del museo, y la plaza era codiciada por personas tan cualificadas como Manuel Nápoli, restaurador con larga experiencia en museos italianos.

La persona a la que está dedicada la fotografía nos habla también de las relaciones personales de este conserje, amigo de Bernardino Montañés, joven pintor alumno de la Escuela de Pintura de Madrid, amigo también de Federico Madrazo y galardonado en las Expoxiciones Nacionales de Bellas Artes de 1862 y 1864.

La relación de Juan Laurent con el Museo del Prado fué una constante a lo largo de toda su vida profesional. Sabemos del interés del fotógrafo por realizar copias de las obras de arte del Prado ya en fechas muy tempranas, y de hecho en su primer catálogo editado en 1861, aunque dedicado principalmente a los retratos, incluye una parte que titula: «El Real Museo de Madrid en la mano. Álbum artístico. Colección de algunos cuadros del Museo de Pinturas», aunque existen dudas sobre la autoría de estas fotografías que posiblemente fueron realizadas por Benito Soriano.

Como sucedió en la mayor parte de los grandes museos europeos, la  fotografía establece con ellos una relación precoz, aunque al principio esporádica, ya que no es hasta 1864 cuando el director del museo Federico Madrazo, le escribe al Ministro de Fomento para aconsejar la realización sistemática de fotografías de las obras del Prado, indicando además que éstas podían ser vendidas en el propio Museo por el conserje y el portero. Y es a partir de estas fechas cuando se consolida la colaboración entre Laurent y la institución con un saldo de más de seiscientas placas que se conservan en la Fototeca del Instituto del Patrimonio Cultural de España.

De ser cierta la fecha que aparece en la fotografía (a lápiz): 1858, (dato que por otro lado fué escrito al menos 19 años después), podría ser un indicio de una relación del fotógrafo Jean Laurent con El Prado muy anterior a las que se han indicado hasta ahora por los investigadores.

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* Es muy conocida la anécdota contada por el fallecido actor Tony Leblanc, cuando aseguraba que había nacido en el Museo del Prado, ya que era hijo del Conserje que vivía en el propio edificio.

Bibliografía:

Ruiz de Lacanal Ruiz-Mateos, Mª Dolores. El conservador de museos en la primera mitad del siglo xx: conservadores de monumentos, jefes y directores, anticuarios y arqueólogos. Boletín ANABAD, 2/1995

Pérez Gallardo, Helena. La democracia del arte: el Museo del Prado, objetivo de la fotografía. En: El grafoscopio : Un siglo de miradas al Museo del Prado (1819-1920). José Manuel Matilla y Javier Portús (dir.). Madrid : Museo Nacional del Prado, 2004

7 comentarios en “El Conserje del Museo del Prado”

  1. Bernardo Riego Amézaga

    Amigos Juan Antonio y Teresa, me ha parecido muy interesante esta información que habeis descubierto pues es cierto que nos remiten a una realidad y es que aun nos queda mucho por saber de las relaciones fotográficas del siglo XIX como actividad profesional y los vínculos profesionales y humanos que establecían los fotógrafos. Ya pasó el tiempo de la fascinación de los autores, ahora hay que profundizar en sus actividades en la medida que podamos y encontremos documentos.

    Sabemos que en los años que Laurent está fotografiando estas temáticas para las que había un mercado que ya el negocio de las estampas había abierto, al mismo tiempo se está dando todo el proceso de «nacionalización» de la cultura que hace posible que las colecciones reales (pintura, biblioteca, etc.) pasen a ser nacionales, y a eso contribuirá la fotografía, al igual que las revistas ilustradas, la literatura, la nueva historiografía que se está construyendo y tantas otras cosas, se trata de un proceso europeo que está muy estudiado en otros aspectos. Laurent está en un negocio de su tiempo y es evidente que aunque no conozcamos el volumen de negocio que tiene, debe de ser relevante cuando lo mantiene y lo acrecenta.

    Respecto a los conserjes, por mi extensa vida en el sector público he conocido esta figura en algunos lugares donde he trabajado. Efectivamente un conserje era más que un subalterno pues era el cuidador del edificio y de las instalaciones, y de hecho en la Facultad que estoy ahora, cuando se construyó el edificio en 1985, se dotó con un Conserje que tenía vivienda en el edificio como parte de su sueldo y lo mantenía hasta su jubilación. Era un hombre culto y de mucha importancia para el funcionamiento de un espacio, que en nuestro caso, aloja a 1.500 ó 2.000 personas cada día. Su puesto formaba parte de la tradición pública que ya estaba vigente en el XIX. Yo creo que ahora este tema ya no existe o está en fase terminal, pero muchos centros públicos, instalaciones portuarias, etc., tenían Conserjes con sus viviendas. En el caso del edificio en el que yo ahora trabajo, cuando falleció este conserje, se transformó la vivienda en un espacio de trabajo. No es extraño que Laurent mantuviera buenas relaciones con una persona tan importante porque tenía el acceso al Museo y le podía facilitar y mucho su trabajo que no era nada cómodo técnicamente como ahora sabemos muy bien.

    Os felicito por vuesto tesón y trabajo y por las cosas que nos vais descubriendo. Y por la maravillosa colección que tanto valor cultural tiene y de la que nos haceis partícipes.

    Un fuerte abrazo desde Santander.
    B.R.A.

  2. Queridos Juan Antonio y Teresa, enhorabuena por estos interesantes datos que nos acercan un poco más a las interrelaciones que explican como funcionaban actividades como la Fotografía en el siglo XIX. Estoy de viaje, pero tengo anotado hacer una entrada un poco más centrada, cuando vuelva a casa la semana que viene
    Saludos desde la sierra de gata en Extremadura. B.R.

  3. ISABEL NARÍN LOZANO

    Que historia más emocionante y dificil de llegar. Una investigación en toda regla. Enhorabuena.

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